(*) Um exemplo que chega do Estado Espanhol sobre a preparação da Greve Geral que terá lugar em 29 do corrente, dia da Jornada Europeia de luta contra a austeridade.
O texto, em castelhano, é da responsabilidade da Democracia Comunista Internacional, Organização Marxista Luxemburguista.
cartaz da CNT |
Esta nueva crisis del capitalismo ha hecho que treinta millones de personas más pierdan su puesto de trabajo. Y ya son más de doscientos millones de parados en todo el mundo, sin contar los millones que ni siquiera tienen derecho a que se les considere oficialmente desempleados. La precariedad y la pobreza se instalan incluso en los países más desarrollados, y entre los más de 1000 millones de pobres que existen hay que incluir a uno de cada siete norteamericanos. Una realidad impensable para la mayoría hace tan sólo una década, cuando los mismos que ahora nos dicen que esto es así y que tenemos que aguantarnos nos engañaban hablándonos de progreso y desarrollo infinitos. Pero no, el capitalismo está en crisis, una crisis total que dinamita su propia esencia, pues “para existir el capital tiene que crecer, es decir, adquirir un nuevo valor”. Y ya no puede. El capitalismo está en recesión, no sabe cómo seguir adquiriendo nuevo capital, no sabe de dónde acumular mayor riqueza y valor. Sólo tiene una salida: hundir aún más en la pobreza a millones de trabajadores, robándoles más de su salario, y privatizar lo poco que queda, en algunos países, de propiedad pública para hacer negocio con las necesidades básicas de la población: el agua, la sanidad, la educación, los transportes, etc.
Esto no es catastrofismo: es la realidad que sufrimos diariamente los trabajadores. Mientras, la contradicción inherente del capitalismo se refleja también en cifras: los beneficios empresariales siguieron creciendo en estos años, mucho más que los costes laborales. Esto significa que el poder adquisitivo de millones de trabajadores ha disminuido en los últimos años, incluso en los periodos de crecimiento económico. Otro dato evidente, y que vemos en nuestras ciudades y pueblos, es que el endeudamiento de las familias es inversamente proporcional al enriquecimiento del capital financiero, de los bancos, las constructoras y las inmobiliarias. Con la crisis, la importancia de las rentas del trabajo está disminuyendo, lógicamente, por el incremento del paro y por el deterioro de las condiciones laborales. Es decir, lo que estamos viendo todos los días: muchos trabajadores para ganarse la vida “aceptan” trabajar sin contrato, más horas o de aquí para allá, haciendo lo que se puede y lo que les dejan. (...)
TEXTO COMPLETO EM (*) DEMOCRACIA COMUNISTA INTERNACIONAL
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